¿Os acordáis de las Cristinas? Yo hace años que las tenía olvidadas, si no llega a ser por Instagram y mi amiga Juana.
Cuando estudiaba la carrera, pusieron justo debajo de casa, uno de los primeros hornos de pan, con bollería y otras cositas ricas. Lo llevaba además una vecina. Lo cierto es que aquel horno, me solucionó más de un problema de falta de azúcar”, je,je, o como querías llamar a esos momentos en que necesitas comer algo dulce de forma perentoria….. Eran aquellos meses en que casi no salías de casa, salvo para ir a la Uni a hacer el examen, te acostabas tarde, muy tarde y te levantabas muy pronto. Uno de casi mis únicos vicios en aquellos momentos, eras estas señoritas. Me sabían a gloria. De vez en cuando me animaba y zas, caía una Cristina, eso si acompañada de dos o tres donetes de chocolate, para cambiar el sabor. 😉
No me digais como lo hacía, no se si sería el consumo de calorías de tantas horas de estudio, la falta de sueño, o que mi cuerpo era más joven y consumía más, pero no me pasaban factura. Hoy en día sería imposible.
Así que cuando hace unos días, vi en instagram la foto de estas preciosidades que subío mi amiga Juana, una brujita tentadora donde las haya, y yo que seguía con mis recetas de dieta, me dije: “De este fin de semana no pasa, que me meta en harina y me ponga con ello”.
Y dicho y hecho, después de unas recetas para bajar los excesos navideños, os traigo por fin un pecadito. Fácil y rico, no lo siguiente, las Cristinas, esas piezas de bollería, con un corte en diagonal relleno de voluptuosa nata. Se me cae la baba solo con pensarlo. Pero Juana me dio otra idea, abrirlas por arriba y rellenarla tambien con mermelada de fresa. Sublimes….. Os dejo las dos opciones.
La receta de las Cristinas, que son unos bollos dulces abriochados, es la de los bollos Bath de Richard Bertinet, en su libro “Crujientes”, un top ten de hace unos años, y un imprescindible para comenzar con esto de las masas levadas. Aunque esta receta, es la única que no me salió bien en su día y tuve que rectificar la cantidad de harina e incrementarla. En fin su receta ajustada.
El único inconveniente que pueden tener, es que tendréis que amasar largo rato hasta conseguir una masa sedosa. La mantequilla y el azúcar que incorpora la masa, os lo pondrán un pelín costoso,porque ya sabéis que entorpece o retrasa el desarrollo del gluten. Pero si tenéis una amasadora en 20 minutos lo tenéis listo. Claudia & Julia tiene ahora en sus rebajas, la amasadora Kitchen Aid con precio rebajado, por si os animais y os hacéis un regalito estas rebajas. Y ojo, yo no he dicho nada….
Vamos con la receta:
Dificultad: Media
Tiempo:
- Preparación: 30 minutos para masa, formado y montaje
- Tiempos de levado: 3 horas y media aprox.
- Horneado: 18 minutos aprox
INGREDIENTES: (Para 12 bollos de unos 90 gr.)
Para el fermento:
- 125 gr. de Harina todo uso.
- 125 gr. de agua
- 5 gr. de levadura fresca o 1,5 gr. de levadura seca
Para la masa:
- 10 gr. de levadura fresca o 3,3 gr. de levadura seca
- 415 gr. de Harina de Fuerza “El amasadero”
- Todo el fermento
- 125 gr. de mantequilla a punto de pomada
- 50 gr. de azúcar blanquilla
- 1 cucharada de azúcar invertido o miel suave
- 140 gr. de leche a temperatura ambiente
- 2 huevos “L” a temperatura ambiente
- 7 gr. de sal
Para el glaseado:
- 150 gr. de leche
- 75 gr. de azúcar
- azúcar perlado para decorar
Para el relleno:
- Nata montada
- Mermelada de Frutos del Bosque
PREPARACIÓN:
Preparamos el Fermento:
Mezclamos bien en un bol, la harina, la levadura rota con las manos y el agua. Cubrimos y dejamos levar en un lugar cálido y alejado de corrientes de aire, unos 2 horas, hasta que veais que está fermentada y con burbujitas. Yo en mi caso, lo llevé a la nevera toda la noche. Al día siguiente sin dejar que se atemperase comencé la preparación de los bollos.
Vamos con la masa:
Si usais la técnica tradicional.
En un bol grande mezclamos la harina, la levadura desmenuzada con los dedos si es fresca, el fermento, la sal, los huevos y la mantequilla en pedacitos. Vamos mezclando y añadiendo la leche, pues en mi caso no llegué a usar toda. Cuando todos los ingredientes empiecen a formar una masa lo volcamos sobre la encimera y amasamos, hasta que esa masa grumosa y pegajosa que teneis entre las manos se convierta en una masa sedosa y lisa.
Como lleva azúcar y mantequilla, nos llevará un buen rato, pero no desistais. Si os cansais, cubris la masa 1-2 minutos y volveis a empezar. Esos reposos ayudarán.
Si usáis un robot amasador como la Kitchen Aid, mezclar primero los ingredientes con la pala y cuando tengáis la masa grumosa, sustituir por el gancho amasador y amasar durante unos 20 minutos a velocidad 2. Es lo que me llevó a mi obtener una masa lisa y sedosa. Como veis mucho menos cansado.
Es una masa tirando a blanda, al principio un tanto pegajosa, pero a medida que se amasa y el gluten se desarrolla, se va volviendo mas gustosa y no resulta pegajosa.
Una vez tenemos nuestra masa lisa, hacemos una bola y la llevamos un bol ligeramente enharinado, cubierta y lejos de corrientes de aire, durante 1 hora.
Volcamos la masa sobre la encimera ligeramente enharinada, la desgasificamos aplanándola con los dedos y formamos de nuevo una bola, haciéndola dobleces y girándola. Esos dobleces darán tenacidad y elasticidad a la masa La retornamos al bol ligeramente enharinado durante otra hora.
Transcurrida esa hora, la volcamos de nuevo sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada y la dividimos en 12 porciones de unos 90 gr. cada uno. Damos forma de bola a cada porción y las llevamos a una bandeja de hornear cubierta con silpat o papel de horno, colocándolas bien separadas entre ellas, pues crecen. Yo utilicé 2 bandejas con 6 bollos cada una.
Cubrimos y dejamos levar entre 2 horas y 2 horas y media.
Entre tanto preparamos el glaseado:
Poniendo al fuego en cacito pequeño, la leche y el azúcar. Dejamos que se vaya disolviendo el azúcar a fuego lento. Retiramos del fuego y reservamos.
Cuando falte 15-20 minutos para finalizar el último levado, encendemos el horno, 180ºC, calor arriba y abajo.
Finalizado el ultimo levado, pintamos nuestros bollos con el glaseado y al horno unos 18 minutos mas o menos, hasta que veamos que han crecido y están bien dorados.
Sacamos sobre una rejilla y en caliente barnizamos de nuevo con el glaseado. Si os apetece cubrimos con azúcar perlado. o azúcar normal.
Dejamos enfriar. Hacemos un corte en diagonal y rellenamos con nata montada y mermelada o con nata montada solo, como las Cristinas de siempre.
Son unos bollitos suaves y muy ligeros, que incluso cuando los sacas del horno piensas que se van a deformar de lo ligeros que son. El glaseado ayuda a que permanezcan en buen estado mas tiempo, al igual que el relleno de la nata.
Deliciosos. Ideales para un desayuno en toda regla, o para una buena merienda con chocolate caliente.
Consejos:
– Si en vuestra casa hace temperatura muy baja para que el levado lleve un buen ritmo, os podeis crear un armario de fermentación en el micro. Meted un bol de agua, calentarlo y cuando el microndas esté caliente, introducir vuestra masa, sin sacar el bol de agua caliente. Ya veréis como os ayudará.
– Como toda la bollería está mejor en el mismo día, pero la nata ayuda mucho a que sigan jugosas.
– A la hora de montar la nata, me gusta mezclarla con una cucharada de queso crema tipo Philadelfia. Sale con mas cuerpo.
– Si quereis, podeis congelar una vez estén frías en bolsas de congelación y al sacarlas darles un golpe de horno.
A disfurtar.
Virginia
retceteras
Uooola!!, a estas cristinas yo las llamaba bambas, pero sea bamba o cristina son la bomba de espectaculares. Se agradace el truqui del glaseado!
Saludos!
Marisa
Concha
Virginia,cada vez que entro en tu blogg, como que las Cristinas están llamándome…….y de hoy no han pasado.Por la mañana he preparado la masa y el levado y por la tarde para el café…..aquí están!!!!!! calentitas.Acabo de colgarlas en mi facebook.Están de “muerte”.Mi marido está encantado,puesto que llevamos unos días dulceros que como no paremos no sé qué va a ser de nosotros.Aunque creo que esto es el mono de haber estado un año sin tocar la cocina en tema de repostería debido a un problema mío de salud y he estado a dieta cero bajo cero grasas 1 año.He perdido muchos kilos.Ahora me estoy reponiendo y como me encanta la cocina voy retomándola pero,claro,tengo que seguir con las grasas un poco alejadas.De ahí que las Cristinas las he dejado sin rellenar aunque están increiblemente ricas, ricas.Mil gracias.
Concha
Hola Virginia, gracias a mi amiga Maria (soy la aludida Concha, 26 Enero) he descubierto tu interesante blog y como no!!!! estas deliciosas Cristinas o wambas que tantas y tantas buenas tardes,en nuestros tiempos universitarios,nos han dado.Con o sin café,sentadas o de pié pero siempre deleitándonos con su delicioso sabor incomparable de ese buen hacer de la Pastelería Flor y Nata de Granada. Como muy bien dice mi amiga María, qué tiempos aquellos!!!!!. No sé si me saldrán como a tí pero voy a intentar hacer tu receta.Muchas gracias por compartir y para algun@s poder recordar esos sabores artesanos ,que tan dificil son de poder encontrar en la cocina actual.Gracias de nuevo.
Helena / Rico sin Azúcar
Aaaaargh, menudos bollitos más deliciosos!! Yo, a las “cristinas”, “suizos”, “brioches”, “isabelas” y demás “señoritas”, las englobo en la categoría genérica de “bollo”, y pocas cosas hay en la vida más sublimes que un buen bollo tierno, dulce y cubierto de azúcar ;-D
Una exquisitez, Virginia!
Buen provecho,
Besos
mon
Hellou,
Te decía el otro día que las cristinas también son un recurso de mi infancia, de mi vida en Madrid. REcuerdo que se llamaban “Bambas” o “Suizos con nata”, y también me volvían loca. Nunca se me ocurrió ponerles mermelada, pero esa idea no es nada descartable…jajajaja Cuando llegué a Barcelona, tuve que acostumbrarme que un suizo es una taza de chocolate deshecho con nata y las bambas…no existían como tales. Así que me ha encantado este golpe nostálgico.
También he de decir que deben de parecerse mucho a los semlor que hicimos en BTW no? sin e punto especies.
Bueno que como siempre tus fotos y tu receta son una maravilla…. qué ganas me has dado de cocinar.
Besos
Ana
Matavillosas fotos!!!
Lola
Hola, qué tal? Ya he leído y si puedo el fin de semana los hago y si después de la segunda hora de levado, pongo la masa toda la noche en la nevera? Será mucho? Y cuando la saque, mejor dejarla atemperar antes de formar los bollos, o formarlos en frío y dejarlos levar? Cuanto trabajo te pongo…. Muchas gracias por todo,
Un beso,
Lola
maria
Pues sí, recordando tiempos universitarios. Riquísimas, por esta tierra le llaman wambas, las compraba junto a mi amiga Concha en una pastelería que se llamaba Flor y Nata, deleite total. Que tiempos!!!.
Siempre es agradable leerte Virginia. De momento, me conformo con mirar las fotos, mas adelante veremos si me atrevo.
Saludos cordiales.
prevención riesgos laborales
Conn la pinta que tienen seguro que las probaré,gracias.
Inma Bravo
Tienen una pinta extraordinaria. En Málaga también se le conocían o conocen,como Isabelas,( pues a decir verdad en muy pocos sitios las siguen haciendo).
Elena
¡Qué cosa más rica! Eran una de mis tentaciones cuando estaba en el colegio. Había una pastelería en la parada que me dejaba la ruta y alguna vez caía alguna. Les llamábamos Wamba de nata y estaban buenísimas.
mon
ah, y otro comentario…son un primo hermano de los semlor no???
mon
Viva Juana que te despertó este deseo de universitaria.. y deja que te diga…que me cuesta creer e imagínate a dos carrillos con la Cristina y los donetes de chocolate…es que no puedo con esa imagen..jajaja no me cabe. Una vez superado este hándicap, este es lo que en Madrid se ha llamado siempre una “bamba de nata” no???? ó un suizo? A mi, tb me pirraban y de hecho en mi última estancia en Madrid creo que colgué una foto de ellas de. escaparate de la Pastelería Mira. Cuando llegué a Barcelona, y lo buscaba, tuve que eliminar la palabra suizo, porque aquí un suizo es una taza de chocolate con nata.
Así que también este es un recuerdo de mi adolescencia y me encanta que lo hayas “hecho real”… Es más, me voy a quitar el antojo en algún momento gracias a ti.
Como siempre las fotos son maravillosas, evocadoras, sugerentes y muy, muy golosas. El toque mermelada de fresa ya e parece ….. lujurioso.
Besos!
Palmira
nada nada, demasiado dolor en la espalda para ponerme manos a la obra, casi te diría que mejor así porqué tienen una pinta tremenda! Creo que nunca he probado pero intuyo que sólo me pueden gustar (y pasar factura jejeje).
Besos y feliz semana,
Palmira
cristina
Yo las descubrí en el blog de Kanela y Limón, y fue la primera masa que preparé con mi amasadora, y de verdad que son sublimes. Me anoto lo del glaseado (que yo no les ponía), y …y…. me contengo de no liarme a hacerlas inmediatamente, porque ganas dan después de ver tus fotazas, y como tú muy bien dices, antes no, pero ahora este tipo de caprichos pasan factura y queda reflejada en la báscula, así que a contenerse tocan. Gracias Virginia !!
monica
Me encanta esta receta. Unas fotos preciosas