Sed sinceros, ¿qué es lo primero que os viene a la cabeza, cuando pensáis en Sicilia? No me equivoco, la mayoría habéis pensado primero en la Mafia y después en mujeres embutidas en vestimentas negras yendo a misa por calles estrechas y un tanto lúgrubes. Pero Sicilia es mucho más que ese tópico.
Vais a quedar asombrados de lo que esconde Sicilia.
¿Os animáis a descubrirlo? Empecemos por el principio
Todo tiene su razón de ser. ¿Dónde está Sicilia? A medio camino entre Europa y África, en el Mediterraneo, cuna de las principales civilizaciones. Así que esta isla golosona por aquel entonces por su privilegiada ubicación, fue ocupada durante siglos por los distintos pueblos que en cada momento controlaron el Mediterraneo. Desde los Fenicios, pasando por los griegos, los romanos, los árabes y los bizantinos, los Normandos, sin olvidarnos de los Aragoneses y los Catalanes, y finalmente los Borbones, hasta que con Garibaldi fueron explusados estos últimos y se produjo la unificación Italiana, allá por 1861. Una mezcolanza de pueblos que ha ido dejando su impronta en esta isla, que no es tan pequeña como en principio pudiera parecer.
Mi opinión.
Una isla con un encanto muy especial, que tienes que aprender a mirarla con otros ojos, porque no debemos de olvidar que estamos en el Sur de Italia, casi la Italia olvidada de la era moderna. Pero que enamora, por sus contrastes constantes, por sus bellos atardeceres, por la variedad de esos paisajes mediterraneos de mar, de interior y volcánicos, por su gente entrañable y muy hospitalaria y por esa huella histórica indeleble en forma de magnificas joyas que encuentras en los rincones más insospechados, y que ha forjado el caracter de los Sicilianos.
Desde Templos griegos, mejor conservados que en Grecia, como los que encontramos en el Valle de los Templos en Agrigento, especialmente el Templo de la Concordia que veis en la foto superior, y que se ha conservado de forma tan espectacular porque en un tiempo fue convertido en Iglesia cristiana. O el Templo de Segesta, perdido en una pequeña colina
Pasando por Anfiteatros romanos como el de Siracusa y Teatros griegos como el de Siracusa o el de Taormina, éste último un espectáculo, enclavado en lo alto del Monte Tauro y con unas vistas impresionantes al mar Jónico, la Región de Calabria y el Monte Etna. Los dos ofrecen en verano representaciones teatrales y musicales.
Iglesias monumentales y palacios espectaculares (algunos no tan bien conservados como sería de desear) en los lugares mas insospechados
Pero si os digo la verdad, una de las cosas que más me llamó la atención, fueron los los mosaicos romanos de la Villa romana de Casale, unos de los más grandes y mejor conservados de todo el mundo, Las fotos dificiles de tomar, no les hacen justicia, pero os sirve para haceros una pequeña idea. Sencillamente espectacular, poder ver como estaba distribuida una verdadera villa romana, (en concreto lo que que se cree fue la residencia de caza de un alto funcionario romano), en función de los diferentes mosaicos que cubrían el suelo de cada estancia. Cocinas, salones, gimnasios, con mujeres que ya en el siglo IV hacían deporte con mancuernas en bikini. En la imagen, a la izquierda el suelo el gimnasio y a la derecha como os podeis imaginar por el roscón central, el suelo de una de las habitaciones. Como veis los romanos no eran nada recatados a la hora de mostrar su vida íntima,
Y ¿por qué tenemos la suerte de poder disfrutarlos tan bien conservados después de tantos siglos? Tan solo gracias a una bendita avalancha de lodo, que los tuvo cubiertos y así protegidos durante cientos de años.
Ya en Palermo resultan impresionantes los mosaicos Normandos de la catedral de Monreale y de la Iglesia palatina del Palacio Normando. Son una maravilla y un buen ejemplo de lo que ocurre cuando las civilizaciones invasoras (los Normandos en este caso) no destruyen lo que encuentran de anteriores civilizaciones (árabe, bizantina…), sino que utilizan el saber acumulado para crear algo más grande que trasciende. Algo que está visto que en nuestra era, algunas civilizaciones deberían poner en práctica.
Palermo, está plagado de Iglesias monumentales, palacios, escultura, (aunque sería de desear que muchos de estos palacios se conservaran en mejor estado). Pero os aconsejo que no dejeis de visitar el Teatro de la Opera de Palermo, también llamado Teatro Massimo. Una joya, es el 3º Teatro más grande e importante de Europa, después del Teatro de la Opera de Viena y de Verona. La visita guiada vale la pena, entre otras, acabaréis sentados en el palco Real, que veis en las fotografía de más abajo y desde el que fueron tomadas algunas de las fotos.
Increíble que una isla pequeña pueda albergar semejante Teatro y tal cantidad de riqueza en todos los sentidos y sobre todo, tenerla de forma tan “silenciosa”. Por qué no me negaréis que la mayoría de nosotros poco sabemos de Sicilia.
Si os hablo de GASTRONOMÍA, empiezo y no paro.
Desde el pan siciliano aromático de trigo duro y preciosas formas, la pasta seca preparada tambíen con trigo de la Isla que le confiere un sabor especial; sus deliciosos y potentes expresos y capuchinos; los conocidos arancini del Inspector Montalbo, y que ya versionamos a comienzos del blog, pasando por sus típicos dulces como la Cassata y los Canolis rellenos de crema de ricotta, que os aconsejo probarlos en la zona Norte de Palermo, que es donde mejor preparan los canolis y que llegarán en breve al blog. Sin olvidarnos de las granitas, las más cremosas y ricas que he probado en mi vida y que nada tienen que ver con los granizados a los que estamos acostumbrados que suelen ser hielo y poco más. Las granitas sin embargo, son más una especie de granizado a caballo con un helado. Las Granitas, os aconsejo probarlas en la zona de Catania y en Taormina, porque sin embargo en la zona de Palermo no las preparan con esa cremosidad.
Eso si, no abandonéis esta Isla sin probar sus famosísimos helados. No en vano Sicilia y Nápoles se disputan su autoría. Helados cremosos y cargados de sabor, que sorprendentemente ellos degustan en muchas ocasiones en el interior de un bollo de brioche caliente, a modo de “bocadillo”, para que el calor del brioche, vaya convirtiéndolo en una crema helada deliciosa.
Los mercados callejeros, incluidos los innumerables puestos de venta ambulantes de sandias, melones, cebollas e incluso de zumos de cítricos recién exprimidos, son punto y a parte. Y es que Sicilia es mediterraneo y tiene una tierra fertil y rica, cuajada de grandes extensiones de Cítricos, Olivos, Almendros, Viñedos, Pistachos y curiosamente plantaciones inmensas de Higos Chumbos, que nosotros solo vemos en España a pie de carretera, y que allí utilizan para la fabricacion de zumos. Aquí también, los distintos pueblos que ocuparon de Sicilia aportaron su granito de arena. Entre otros, los griegos trajeron el olivo y la vid, los árabes, los cítricos y el pistacho y los españoles el tomate y el Higo Chumbo.
Así que en sus mercados, no sabes donde mirar. Y es que aún tratándose del mediterráneo, encuentras productos distintos, como una especie de calabacines, que tan pronto te los encuentras verdes claritos y con una largura de más de 1 metro, como en forma curvada de circunferencia en color oscuro rallado.
Eso si, las berenjenas son las reinas, unas berenjenas muy similares a las que conocemos, pero de gusto más suave que ellos llaman “tunecinas” y que las utilizan para muchísimos de sus platos, desde la tradicional Caponata, esa especie de pisto agridulce que está sencillamente deliciosa y a la que nos hemos aficionado en casa a la vuelta, hasta la pasta alla Norma, pasando por las berenjenas asadas enteras que venden en los mercadillos.
Los tomates secos en distintos formatos los encuentras por todos lados, con especial mención a uno de los más pequeñitos y ricos que allí tiene denominación de origen protegida el “pomodorino di pachino”, de los que me traje unos cuantos y que en breve os mostraré como prepararlos en aceite.
Tratándose de una isla, el pescado y el marisco está también a la orden del día. Sin ir más lejos no sabéis lo que disfruté en Mercado de la Pescheria de Catania. Una auténtica locura, pero incluso puedes encontrar restaurantes en la zona, que literalmente te recojen el pescado en el puesto del mercado y te lo preparan de una manera sencilla. Os puedo asegurar que el resultado fue de 10.
Y claro no podemos dejar Sicilia sin recordar el Volcán Etna, que lejos de ser temido por los habitantes de Catania, principal ciudad que se muestra a sus pies, es venerado y considerado fuente de riquezas.
Y es que para ellos el Volcán es fuente de riqueza. Incluso utilizan la piedra volcánica para la rehabilitación de las fachadas de sus casas y palacios, lo que a mi parecer le da a las fachadas un cierto aire más triste y sucio. Las calles de esta ciudad tambíen están enlosadas con esta piedra volcánica, y ello hace que las noches sean en ocasiones, sobre todo en los días de sol y calor del verano, aun más calurosas que durante el día. Porque al esconderse el sol, la piedra comienza a desprender el calor acumulado a lo largo de la jornada y eso os aseguro, genera un bochorno poco agradable.
Eso si, Catania se transforma al anochecer, porque entonces, en la oscuridad de la noche y solo con todos los grandes edificios iluminados, mientras disfrutas de una bebida fría en un terraza de la plaza del Duomo, tienes por momentos la sensación de que en lugar de encontrarte en Sicilia en pleno mediterraneo, te encuentras en mitad del continenete en un plaza de Viena.
Eso si, la vida en los pueblos que encuentras a lo largo de toda su costa, trascurre de forma tranquila y sencilla. Son enclaves encantadores, aun conservados en su mayoría como pueblos pesqueros, donde gracias a Dios no se ha permitido la gran especulación que arrasó nuestra costa mediterránea allá por los años 60-70, y que la transformó en una mole de cemento y hormigón; aunque obviamente el turismo ha hecho acto de presencia.
Costas rocosas se intercalan con calas de arena. Taornima, Siracusa, Ortigia, Noto, Cefalú, Trapani y Erice son solo algunos ejemplos de estos pueblitos que os cuento.
Sin olvidar las Islas. Desde la Islas Egades, frente a la costa de Trapani, y que fueron platafoma de los pueblos desde los Cartagineses a los Normandos para acceso a la conquista del Mediterraneo y escenario de las grandes batallas del mundo antiguo, como las guerras Punicas, hasta las bellas Islas Eolias , nacidas cuando emergieron los volcanes submarinos, de los que actualmente solo quedan activos dos, Stromboli y Vulcano
Como veis, tal y como os anunciaba al comienzo de este largo artículo, Sicilia es una tierra de absolutos contrastes, y un no parar de descubrir bellezas naturales, historia y gastronomía. Caótica por momentos pero intensa.
Y hablar de Italia, a la que Sicilia pertenece, va ineludiblemente asociado a la gastronomía, y a la pasta. No obstante la pasta fresca se empezó a cocinar en la época etruca, pero la pasta seca, susceptible de ser almancenada, es considerada un invento árabe, a partir de la sémola siciliana. Así que atentos, que mañana os traemos receta de pasta, y por supuesto, siciliana.
A disfrutar
Virginia
mon
Ah…y saber que les gustan tanto las berenjenas como a mi es un plus…como dice Laura, me has creado una necesidad..jajajaja
mon
Me ha gustado tanto tu reportaje, que ya lo he leído dos veces…esta mañana desde el móvil en peque y ahora con todo lujo de detalle….qué fotos tan hermosas…que bella es nuestra mediterránea cuna de nuestra civilización!
Enfin…. que no tengo mucho que añadir.. que lo haces muy bien cuando haces reportajes de viajes…(bueno y todo) .deberías dejar de trabajar y dedicarte a hacer guías de viajes….a qué te gustaría???? Porque no todo está en hacer buenas fotos … esa cultura escrita de ese modo que tu lo haces, es profesional, y es bello.
Un viaje precioso. Gracias. Esperando tu receta de mañana,….casualmente yo tengo una siciliana preparada para esta semana….. a ver si coincidimos! Mil besos guapa!
Virginia
Me alegra mucho que te haya gustado el post preciosa. Por cierto, ¿Es la misma receta Mon? Bss
ridente
Precioso post o entrada en tu blog; ¡qué suerte tienes de poder viajar!; ¡qué envidia compañeira!. Tal vez cuando me jubile, jajajajaja 😉 <3, podremos viajar; ¿quién sabe?, malo será como decimos en mi querida tierra . Un beso guapa y muchas gracias por compartir esta belleza de entrada que nos transporta a una tierra de que estoy seguro que me enamoraría también. Mi esposa María sabe muy bien que no miento dado que en cada viaje me enamora de la tierra que hemos visitado.
Besos.
Virginia
Te creo Juan Carlos. Se te ve que pones el corazón donde vas y en lo que haces. Y estoy segura además que te gustaría. Un abrazo
Laura
Ya teníamos en mente un viajecito para conocer Sicilia, pero ahora me has metido la urgencia en el cuerpo. ¡Soy fan de este tipo de lugares! ¡Me apasionan!
Por cierto, en las Islas Canarias también usamos los “tunos” (higos chumbos que llaman ustedes) para muchas cosas. De hecho, es una fruta muy usual en nuestros puestos y mercados. A mí, recién sacados de la nevera, me apasionan, tanto los naranjas como los verdes. ¡Y no te cuento los tunos indios (de color morado intenso y una fuente de vitamina C para morirse)!
Gracias por el bonito y útil post, Virginia.
Virginia
La verdad es que es una isla que te sorprende. Tiene tanta riqueza en todos los sentidos, pero por otra parte tiene tanto de Sur italiano, caotico, descuidado …. vamos ya me entiendes. Si eso no te molesta, te encantará, y la gente de lo más amable. A mi es la primera vez que voy de vacaciones a un lugar “turistico” y me regalan en los mercados hasta fruta y pescado, e incluso en algunas tiendas. Es algo que no me ha ocurrido en ninguno de los sitios que he visitado. Y mira que la crisis allí se nota como aquí, sobre todo en la conservacion de muchos edificios.
Eso si, en los hoteles el agua a precio de oro….
Por lo demás me fascinó en todos los sentidos.
El tema de los Higos Chumbos, se que en Canarias teneis más, pero ver plantaciones enteras de Chumberas me dejó alucinada. Eso si, como imaginarás no dejé de probarlos, bien peladitos claro y fresquitos.
Si vas ya me contarás. Bss