¿Cómo te has quedado con el nombre de esta receta? Descolocad@ por lo menos…….
¿Habéis probado en alguna ocasión las ostras a la parrilla? Yo hasta el día que preparé esta publicación no. De hecho me pareció una idea horrible, añadir a la ostra un aliño, sabores como el pimiento de espelette o el queso manchego y el ajo me resultaban del todo incompatibles con el sabor tan peculiar de las ostras.
Pero también es cierto, que soy curiosona por naturaleza, ojo, en el buen sentido de la palabra curiosa. Y pudo mas conmigo el probar nuevos sabores que el rechazo incial que me provocó. De hecho descubri que en Australia y en USA las toman muy a menudo cocinadas. Nada que ver con nuestra costumbre de disfrutarlas crudas con un chorrito de limón.
Es algo así como las almejas a la plancha….. Y cierto es que las almejas a la plancha no me resultan extrañas, sino mas bien deliciosas…
La receta la descubrí en el nuevo número (85) de Donna Hay magazine, porque allí es pleno verano, y les coincide la época del buen marisco (ya sabéis los meses con “R”) con la de su verano y especialmente con las celebraciones Navideñas. Si alguna vez habéis tenido la oportunidad de poder echar un vistazo a algún numero de esta revista, o sencillamente a los libros de Donna Hay, sabréis que en Australia celebran las Navidades en la playa con barbacosa, y en las revistas de Donna Hay, siempre en plan “happy”, con familia”de anuncio”, reunida en la playa, en torno a una fantástica barbacoa. Y claro todo tan estupendo, nunca les falta el buen marisquito….
Con esta receta me había picado la curiosidad….
Así que fue mi momento, cuando unos amigos gallegos me obsequiaron con una caja de ostras. ¡¡¡Que regalazo!!!
En casa a Jose le encantan, pero lo dicho, crudas con un chorrito de limón, y él no es muy dado a mezclas que se salgan de lo tradicional. Almejas a la plancha si, con salsa verde también, pero estos sabores nuevos….. más bien no.
La cosa es que le convencí para probarlas y heme aquí que resultaron deliciosas. Los dos aliños elegidos fueron un éxito, cada uno en su estilo. El “Japonés“, de Wakame con tomate y chalota me cautivó, porque para mi gusto le va que ni pintado al sabor de la ostra. Pero sorprendemente, el “Manchego“, con el puntazo del queso rallado, con el aceite de oliva, el ajo y el pimiento de espelette, las convierte en un bocado distinto al de la ostra tradicional al que estamos acostumbrados y desde luego muy cañero. Para mi gusto enmascara quizás más que el anterior el sabor de la ostra, pero en ambos casos algo que si tenéis ocasión debéis probar.
Por lo demás la ostra a la parrilla es como una almeja a la plancha, deliciosa, pero nunca debes pasarte del punto de cocción, como le ocurre a todo marisco. 4-5 minutos en la parrilla boca arriba con el aliño y listo.
Lo que os puede dar más trabajo, ya sabéis, el abrir las ostras sin sufrir un descalabro….
¿Cómo se abre un ostra?
Con cuidado, ayudado de un abreostras, que es esa especie de punzón que véis en las imagenes, y siempre, sujetándola con ayuda de un trapo, para que la ostra no resbale y sobre todo para proteger la mano, y no hacerte una avería, si se nos escapa el abreostras. No resulta tan difícil.
1.- La ostra tiene una zona más en punta, que es la zona de unión de las dos valvas o conchas. Es lo que se denomina “vértice”.
2.- Sujetaremos la ostra con una mano y un trapo, sobre una superficie estable y dejando el vértice a la vista.
3.- Con un poco de paciencia, buscamos la ranura de encuentro entre las dos valvas, e introducimos la punta del abreostras. Haciendo un movimiento de palanca, separamos ligeramente las dos conchas.
4.- Rapidamente, y aprovechando que hemos conseguido separar ambas partes y hay un ligero espacio, introducimos un cuchillo afilado, con el que le cortamoss el tendón a la ostra, y ella misma cederá. Siempre dejad la carne en la parte curva.
Ojo que cuando la ostra se relaja, por haber estado mucho tiempo quieta, tambien tiende a estar ligeramente abierta. Si tienes esa suerte, aun resulta mas fácil, introducir el cuchillo y cortar el tendón.
Eso si, desechad toda ostra que tenga un olor fuerte u os genere dudas de su estado, a pesar de que pudieran resultar fresquísimas. Las consecuencias de una intoxicación por el mal estado de una ostra son de lo peor, y lo digo con conocimiento de causa. No resulta tan difícil llevarte una a la boca y darte cuenta que no estaba buena cuando ya va de camino y no hay remedio.
Vamos con la receta, que me va a costar mas escribirla, de lo que os puede llevar a vosotros disfrutarla:
Receta: Fácil
Tiempo: 15 minutos
INGREDIENTES: (Para 2 personas)
- 12 ostras muy frescas
Para el aliño de Japonés:
- 1 tomate de pera sin pepitas ni agua de vegetación cortado muy finamente
- 1 chalota cortada muy finamente
- 2 cucharadas de Mirin*
- 1 Cucharada de Vinagre de arroz
- 40 gr. de Wakame**
Para el aliño Manchego
- 40 gr. de queso curado rallado
- 2 cucharadas de Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
- 1 diente de ajo machacado
- Ralladura de 1 limón
- Unas gotas de zumo de limón
- 1/2 Cucharita de copos de Pimento de Espelette*** (aquí lo ves, aquí te explico lo que es)
* El Mirín podeis sustituirlo por Sake, ya que el mirín es un vino dulce japonés especifico para cocinar, o en ultima instancia por un Jerez dulce. Si no tenéis nada de esto a mano, solo prescindir de él,
** El Wakame lo compro en las tiendas de sushi ya preparado, se trata de una ensalada de algas deliciosa.
*** El pimiento de Espelette lo podéis sustituir por unos copos de cayena, ojo, muy pocos, para no estropear el plato.
PREPARACION:
Tendremos preparados todos los aliños para el momento de abrir las ostras y pasarlas por la parrilla. La vida de una ostra es muy corta y es conveniente que esté a temperatura ambiente el menor tiempo posible para que no se estropee y nos cause uno de esas desagradables intoxicaciones.
Para el aliño Japonés:
Lavamos el tomate, lo abrimos por la mitad y le retiramos la semillas y el agua de vegetación. Con un cuchillo muy afilado laminamos el tomate muy finamente.
Laminamos también la chalota en laminas muy finas.
En un bol mezclamos el tomate, la chalota y el wakame con el mirin y el vinage de arroz. Reservamos
Para el aliño Manchego:
Rallamos el queso, esprimimos un ajo con un prensa ajos.
En un bol mezclamos con el aceite de oliva y el pimineto de espelette
Preparamos la parrilla, en mi caso se trata de una parrilla eléctrica, que utilizo muy habitualmente para hacer chuletas dentro de casa o langostinos a la parrilla. Solo hay que encenderla y depositar agua en un recipiente que tiene bajo la resistencia. Si no disponéis de parrilla, bajo el grill del horno puede ser una solución o en una sartén tipo parrilla
Abrimos las ostras en la forma que os he explicado mas arriba.
Depositamos una cucharita de aliño sobre cada ostra y las asamos sobre la parrilla, o bajo el grill del horno, con la concha hacia abajo y la carne y el aliño hacia arriba. En 4-5 minutos están listas.
Servimos de inmediato, con un pequeño bol con algo mas de los dos aliños, y una botella de buen champagne o Cava.
Un aperitivo delicioso, que no resulta tan caro como parece y os hará quedar de 10.
*Cuencos pequeños de salsa y plato de Vajillas “Churchill”
A disfrutar.
Virginia
No lo dudo Virginia, las dos versiones estarán riquísimas aunque coincido contigo en que el aliño japonés me gustaría más. De todas formas habría que degustar las dos opciones. Un abrazo y enhorabuena por el bonito post, eres una artista y se nota el cariño y la pasión que pones en tu cocina.
José es parecido a mí en este tema, de todas formas, cocínale esta receta cuando puedas y ya me comentarás; ¡eso sí!, los mejillones deben ser de Galicia y de excelente calidad.
http://www.gastronomiaenverso.es/guiso-de-mejillones-con-chorizo-para-compartir/
Buenos días guapa! Que ya ando por aquí. Yo como tú súper fan de las revistas de Donna Hay que son maravillosas y me encanta ver el cambio de estaciones con respecto a nosotros en Australia. A mí las ostras me sientan fatal, soy fanática de todo el marisco pero la ostra en crudo me ha hacho devolver dos veces!! Por lo que está es una buena opción para mí. Ahora los puristas no sé qué dirán de nosotras si hacemos a la plancha las ostras eh! 😉 un beso gordo
Monie