Junto con la preparacion del pan casero, quizás otra de las tareas con las que mas disfruto en la cocina es preparando mi propia pasta fresca. Al igual que panarrear, preparar pasta fresca me relaja y en mi imaginación soñadora me traslada a la Campiña italiana, con sus aromas y sabores.
Así que el otro día, estaba yo en casa y se me antojó un buen plato de pasta fresca casera, porque como la pasta fresca casera nada.
Me apetecía un plato de pasta ancha, con una salsita muy ligera y con sabor a mar, sin que fuesen los tradicionales spaguetti vongole, que por otro lado están de muerte. Dándole vueltas a la cabeza, recordé que el otro día cuando pasé por la pescadería tenían unos mejillones de roca preciosos, de esos que son chiquititos, pero guardan en su interior todo el sabor a mar intenso. Así que decidí darle una vuelta a los tradicionales spaguetti vongolle y me preparé estos Pappardelle Cozze. Osea se, unos Pappardelle con mejillones de roca, tomatitos cherry y un punto de cayena y vino blanco. Parece mentira como unos ingredientes tan sencillos, pueden dar como resultado un plato de pasta tan sumamente sabroso y bastante bajo en calorías, cuando hablamos de pasta.
Los Pappardelle, son una especie de fetuccini mas anchos que estos últimos, de entre 3- 4 cm. Son ideales para disfrutar en la sopa, o con la conocida receta de Pappardelle con setas. Pero como os digo, hoy me apetecía un plato mas ligero.
La receta y los consejos para preparar estos pappardelle, la encontraréis en el post sobre cómo preparar Pasta Fresca Casera, con su receta consejos y trucos, no tenéis mas que pinchar en el enlace.
Vamos con la receta:
INGREDIENTES:
- 500 gr. de Pappardelle caseros
- 400 gr. de mejillones de roca
- 1 vasito de vino blanco
- 2 docenas de tomates Cherry
- 2 dientes de ajo picados finos
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 1 pizca de cayena molida
- Perejil fresco picado fino
- Abundante agua para la coccion de la pasta
- Sal
PREPARACIÓN:
Comenzamos preparando Los Pappardelle como vimos aquí.
A continuación vamos con los mejillones:
Lavamos bien los mejillones, dejándolos a remojo en abundante agua fría y una pizca de sal, para que suelten toda la arenilla que les acompaña. Los mejillones de roca son especialmente sabrosos, y están libres de restos de algas y cuerda, porque no se cultivan en bateas en alta mar durante mucho tiempo, sino en las rocas y por poco tiempo, donde el mar los azota con alevosía. Sin embargo tienen en su contra que traen mucha porquería, de restos de roca suelta, con lo cual nos ahorramos frotarlos para quitarse las algas, pero deberemos tenerlos buen tiempo en remojo para que suelten los restos de arena y roca.
Cuando los vayamos a retirar del agua de remojo, no se os ocurra volcarlos, porque hareis que toda la arenilla que se ha ido depositando en el fondo, se mezcle de nuevo con los mejillones. Meted la mano con cuidado en el bol y sacad los mejillones a puñados. Una vez detrás de otra.
Cuando tengamos nuestros mejillones listos, ponemos una cazuela amplia al fuego con un vaso de vino blanco. Vertemos los mejillones en su interior y tapamos. En unos pocos minutos con el calor todos ellos estarán abiertos. No los perdáis de vista porque son muy chiquititos y si se pasan de tiempo se vuelven correosos.
Retiramos del agua y reservamos al calor. Colamos el agua de su cocción y reservamos.
Vamos ahora con la salsa:
En una sartén amplia a fuego medio-alto, ponemos la cucharada de aceite, cuando esté caliente añadimos el ajo, dejamos que se dore ligeramente. A continuación añadimos los tomatitos cortados por la mitad. Rehogamos y procuramos que queden con la parte cortada hacia abajo. Esto permitirá que los tomates suelten sus jugos y se mezclen con el aceite y el ajo. Cuando estén practicamente hechos, añadimos la punta de un cuchillo de cayena molida y damos unas vueltas. Reitramos del fuego a la espera de que la pasta esté cocida.
Vamos ahora con la pasta
Cuando nos pongamos a preparar la salsa, pondremos también al fuego una olla grande con abundamente agua y sal.
Cuando el agua comience a hervir, añadiremos nuestra pasta fresca y contaremos 2-3 mintuos desde que rompa de nuevo el hervor. Removeremos con cuidado de vez en cuando para que la pasta no se pegue entre si, o al fondo de la cazuela. Cuando rompa el hervor bajaremos el fuego para que la pasta en lugar de cocer a grandes borbotones cueza mas pausadamente para que no se rompa.
Pasados los 2-3 minutos, reservaremos un par de cucharones del agua de cocción, y colaremos la pasta. A mi me gusta pasarla por el agua del grifo para detener la cocción y retirar el exceso de almidón.
Lista la pasta, la volcaremos sobre la sartén con la salsa, añadiremos el agua de cocción de los mejillones que teníamos reservada y a fuego suave la daremos unas vueltas. Si vemos que hace falta alargar la salsa, añadimos un poco del agua de la cocción de la pasta.
A continuación, añadimos los mejijllones y dejamos que todos los sabores se amalgamen y la pasta se caliente.
Servimos de inmediato en platos calientes, regada con perejil recién picado y si os apetece con algo de parmesano recien rallado. A mi en este caso me gusta prescindir del parmesano.
Un bocado sencillo y ligero que hará las delicias de grandes y peques.
* Platos de la colección “Rústica” en Terracota de la ceramista y paisajista francesa Nadine Sapena Negel de la empresa Jardines Secretos.
A disfrutar.
Virginia
Clara (Delicias Baruz)
Tiene un aspecto inmejorable, qué delicia de plato!! Un abrazo, Clara.
maria
Me encanta la pasta y si es con pescado, aun mas. Nunca he echo pasta fresca en casa, no me atrevo. Así que haré tu receta con la del super.
Gracias por compartirla.
Saludos cordiales.
Beatriz Tobegourmet
Mira que yo siempre había tenido la idea de que la máquina de pasta es el típico gadget que uno compra enamorado de él y que luego yace en cualquier rincón de la cocina. Veo que no es tu caso y que sepas que me has hecho plantearme hacerme con uno! Me han gustado mucho estas fotos porque tienen un aire muy diferente al habitual pero mantienen tu sello Virginia.
Palmira
Es un “sugo” sencillo pero riquísimo si se eligen ingredientes de primera…
Pero es que si además la pasta es casera…¡plato de días de fiesta a lo grande! La máquina de hacer pasta fue sin duda el primer “trasto de cocina” que me regalaron y a pesar de sus 9 mudanzas sigue en la misma caja…¡sin estrenar! Me daba miedo pero creo que ahora ya no me da miedo nada en la cocina jejeje
Besos,
palmira