Viajar a Kenia y a Tanzania, a la sabana, es disfrutar de atardeceres y amaneceres limpios y cargados de fuerza como los que os voy a mostrar hoy, disfrutar de cielos cuajados de estrellas. Pero viajar a África es mucho más. Porque como un compañero de aventura, muy viajado en África me dijo en algún momento del trayecto, “África engancha”. Y que razón tenía.
Nosotros en un inicio de viaje nada desdeñable de casi 24 horas, partimos de Bilbao, via Madrid rumbo a Nairobi. Allí nos encontramos con nuestra guia, Sara, que fue uno de los “10 points” del viaje. Una buena guia hace mucho y ella os puedo decir que lo bordó.
Para que os hagais una idea, y si quereis echar un vistazo al mapa, nuestro recorrido fue
Kenia: Nairobi-Lago Naivasha-Masai Mara-Lago Victoria y a partir de aquí cruce de frontera a Tanzania: Serenguetti-Ngorongoro-Zanzibar (Stone Town-Kendwood Beach).
Fueron 15 días de desconexión casi absoluta, en los que todo hay que decirlo, se agradeció disfrutar muy poco de wifi. Días en los que madrugamos mucho sin que nos pesara, ya que había que disfrutar de los amaneceres y de la naturaleza, días en que pasamos frío, mucho frío, aunque no lo creas, en Áfica hace frío; y días en los que recorrimos muchos kilometros, tanto en nuestro camión “Ruth” que iba pertrechado de todo lo necesario, como en 4×4, y tambíen en avioneta. Pero en los que sobre todo disfrutamos de la paz que te ofrece amanecer en la sabana o la experiencia de dormirte escuchando a las hienas o a los hipopotamos rozar tu tienda. Una experiencia inolvidable.
Como os digo nuestra primera parada fue el Lago Naivasha
Doy por hecho que no conoceis el Lago Naivasha, yo desde luego antes de este viaje tampoco, pero baste deciros que es un lago de agua dulce grandísimo y precioso, en el que existe una isla, Crescent Island, que quizás tampoco os diga mucho, pero que si os cuento que allí se rodó la pelicula “Memorias de África”, la situaréis de inmediato.
Uno de los lagos del Gran Valle del Rift, el de mayor altitud, en el que habitan desde Hipopótamos, hasta Pelícanos y Marabús.
Allí disfrutamos de unos paisajes espectaculares de la isla, de nuestros primeros hipopótamos, de escenas de pesca de sus habitantes, hundidos hasta la cintura y con artes tradicionales
Árboles secos saliendo de entre las aguas del lago cual fantasmas en un atardecer azul, nuestro primer atardecer en África; de los Marabús feos y enormes con su mas de metro y medio y 8 kilos de peso, increíblemente colgados en las ramas de las acacias o apuntalados como estacas en la orilla del lago haciendo competencia a los troncos de los árboles, a la espera de la carroña que pudieran encontrar en las aguas pantanosas.
Un verdadero espectáculo para ir abriendo boca.
El alojamiento a la orilla del lago, sencillamente impresionante. Cabañas elevadas de madera, con sus mosquiteras que nos nos abandonaron durante todo el viaje. Porque aunque las mosquiteras ofrezcan una visión romántica, lo cierto es que no son sino practicas, porque allí los mosquitos pican y pueden trasmitir muchas enfermedades. De hecho no nos libramos de nuestra correspondiente tanda de vacunas, que no fueron pocas.
Del Lago Naivasha, salimos rumbo a la reserva Masai Mara. El nombre viene de el río Mara que lo recorre y de las tribus Masais que lo habitan.
En la reserva Masai Mara permanecimos 2 días en campamentos, realizando safaris y disfrutando de su naturaleza brutal.
Si por algo me impresionó la reserva Masai Mara es precisamente por la abundancia de animales de las mas variadas especies, todos juntos, abrumador podían ser la palabra que lo describe. Los que sois algo mayores como yo, seguro que recordáis las ilustraciones que acompañaban la historia bíblica de “El Arca de Noe”. Pues en eso era en lo que yo pensaba cuando recorriamos Masai Mara.
Ñus con cebras, manadas de elefantes, hienas, gacelas con leones, hipopótamos con cocodrilos…. Un gigantesco zoo, en el que todos sin embargo son libres y conviven regidos solo por la ley del más fuerte.
Durante el día los grandes depredadores dormitan bajo la sombra de los árboles.
Los hervívoros como las gacelas, cebras, o ñus, comen y caminan en una fila interminable. La Gran Migración que se produce en estas fechas del Sur al Norte en busca de pastos frescos y agua.
Los hipopótamos sin embargo se mantienen sumergidos en el agua en espera de que llegue el anochecer para salir a la orilla a comer kilos de hierba.
Pero al amanecer y al atardecer la sabana se despereza y los leones, guepardos, cocodrilos, los depredadores…. salen en busca de su comida. Y así día tras día se mantiene la rutina que sostiene este gran ecosistema, un simple reflejo del mundo de los humanos.
Os tengo que confesar que en un principio disfruté mucho con mi cámara en mano,, pero pronto te das cuentas que lo que de verdad te hace disfrutar es ver a los animales en su habitat, desarrollando sus rutinas en su día a día.
Manadas de leonas amamantando a sus cachorros, o mostrándoles como aprender a hacerse independientes a los más mayores, ñus que se alian con las cebras, en una relacion casi simbiótica, para sobrevivir y compartir sus puntos fuertes en defensa de su existencia. Mientras que las cebras comen las hierbas mas altas, los ñus comen las hierbas más bajas, mientras que las cebras tienen muy buena vista los ñus tienen muy buen oído. Y cuanto mas grande es el grupo, las probabilidades de no ser el elegido para la cena del Leon disminuyen. Así es la vida real en la sabana.
No llevé mi mejor cámara, no podía hacerla sufrir en kilometros de polvo, ni tampoco un teleobjetivo (mira que lo intenté), ni trípode, ni la almohadilla para sujetar el objetivo….. Es cierto, los eché mucho de menos, aun así, os puedo traer imágenes como estas de dos de los grandes felinos, y de Elefantes, gacelas, Impalas, Jirafas, Topis… y de tantos que se han quedado sin salir en este reportaje.
Tuve la ocasión de disfrutar de un amanecer en Globo sobrevolando la sabana. Indescriptible. Además el madrugón nos permitió disfrutar de un safari nocturno. Espectacular la sabana repleta de ojos de hienas, gacelas dormitando, bajo un cielo cuajado de estrellas. El cielo más estrellado que he visto jamás.
Amanecido ya, aterrizamos en el globo de aquella manera, nos vinieron a recoger nuestros guías masais en los 4 x 4 y disfrutamos de un desayuno en la sabana, que nos supo a gloria.
La reserva Masai Mara no es sino una prolongación hacia el norte del Parque Nacional del Serenguetti en Tanzania. Y si algo me llamó la atención durante nuestros safaris por Masai Mara, fue la escasa presencia de arboles. El paisaje de la Reserva Masai Mara es más despoblado, en ocasiones parece que estés en la meseta Castellana. Echaba de menos los paisajes de sabana con esas bonitas Acacias Amarillas y Acacias Paraguas. LLegué a pensar que quizás ese paisaje solo lo había recreado mi mente, tras muchos programas de de “National Geographic”. Pero lo cierto es que ese paisaje existe, ¿y donde los encontré?, en el Serenguetti. Para mi el verdadero paisaje de la sabana que imaginaba.
El Serenguetti, en cuyas entrañas disfrutamos de casi tres días impresionantes. En un campamento en el corazón de la sabana
La vuelta al campamento tras las jornadas de safari, era disfrutar de una ducha con agua calentita, eso si, con un limite máximo de 20 litros, porque en la sabana, no hay conducciones de agua y solo se consigue rellenando los depositos de cada tienda con agua recien calentada al fuego.
Tras la ducha, relax y charla junto al fuego mientras disfrutabamos del sunset.
Y para reponer fuerzas una cena que te impedía pensar que estábamos perdidos en mitad de la sabana, porque Simon, nuestro cocinero Masai, en el tiempo que nosotros nos duchábamos y nos relajabamos, nos preparaba una cena con bollos caseros cocinados en una pequeña caja de metal sobre el fuego, carnes guisadas con unas salsas riquísimas, ensaladas y fruta y uno de los días hasta tarta y cena tradicional de comida masai. Vamos que no nos faltaba de nada.
Y a recogernos a nuestras tiendas que a la mañana siguiente nos levantamos prontito para desayunar disfrutando de amaneceres que más parecían atardeceres, para machar con nuestro camión en busca de nuevas emociones.
Al amanecer vuelta a empezar con un desayuno con creppes, tostadas, té y a disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Soliamos comer en el camino. Simon sacaba los trastos y nos preparaba una comida en mitad de la Sabana, que si nos pillaba en mal lugar, teniamos que disfrutar directamente en el camión.
Entre el Serengueti y Masai Mara volamos al Lago Victoria. Un lago inmeso como el mar, que tiene hasta olas. Es el segundo lago de Agua dulce más grande de la tierra, que forma parte de 3 paises (Uganda,Tanzania y Kenia) y donde nace el río Nilo.
La verdad fue espectacular, ya que volamos directamente desde un pequeño aeródromo en Masai Mara, hasta literalmente, la entrada del hotel; sorprendentemente la pista de aterrizaje era la entrada del hotel en la Isla Rusinga.
Si piensas en el paraíso, tu imagen es esta, un jardín enorme a orillas del lago, con árboles centenarios y un embarcadero de película.
En esa isla tuvimos ocasión de relajarnos dos días del polvo de los caminos de África y del traqueteo del camión.
Pero también de visitar varios poblados, una escuela y un ENCLAVE DE PESCADORES NÓMADAS, así como realizar un safari de aves acuaticas. Lo cierto es que aquí recibimos una bofetada de realidad.
Los habitantes de ese enclave malviven de lo que el lago les aporta.
Desde peces mayores, a pececillos que dejan secar bajo una red, sobre un suelo lleno de polvo y moscas, que pisan perros, y gatos, o pican las aves… y que luego cocinan al fuego.
Llama la atencion que en Africa las mujeres no cargan con los brazos, cargan siempre sobre la cabeza, lo que les provoca aplastamiento de las cervicales. Y llama la atencion que las mujeres para agacharse jamás lo hacen de cuclillas como hacemos aquí, sino que simplemente doblan el tronco como veis en la imagen. Y digo las mujeres, porque la cultura musulmana que allí impera, es por decirlo de un modo sutil, muy machista, con roles en los que la mujer se ocupa de la casa, los niños, la comida, y el hombre de la pesca..
Visitamos también una PEQUEÑA ESCUELA a la que acuden unos 150 niños, la mayoría sin familia y que atiende en su mayor parte una mujer de la zona Jane, que con mucho trabajo y fe la mantiene en pie para que esos niños no solo puedan escolarizarse, sino simplemente tener una comida al día, a base de porridge. Entre ellos había niños con miradas perdidas, que no habían podido aprender lo que era un abrazo, pero también niños que a pesar de todo mantenían la alegría e ilusión en la mirada, como estos dos amigos.
Y es que en Kenia, la escuela no obligatoria no es gratuita, así que si no hay alguien que se encarga de que aprendan y coman, su destino es muy incierto. Más si eres huerfano, y especialmente si eres mujer.
Mi pregunta fue. ¿y si aquí en esta Isla en este colegio un niño se pone enfermo de gravedad? La respuesta es, muere… No hay medios ni tiempo para llegar a un hospital cercano.
Esta es la otra cara de este viaje y de muchos a tierras lejanas. El lujo y el disfrute se comparte con la cruda realidad. Pero no os quiero dejar mal sabor de boca. El conocer de primera mano estos lugares, estas situaciones te permite actuar de inmediato y colaborar en una de las muchas necesidades que existen en el mundo y que para ti hasta ese momento era desconocida. Se que tambien existen estas necesidades al lado de casa y que puedes colaborar sin necesidad de venir a África, lo que ya hago. Pero verlo en primera linea te puedo asegurar que es bien distinto.
Tras visitar Masai Mara, Lago Victoria y Serenguetti, tomamos rumbo a Ngorongoro, donde llegamos casi anochecido, pero nuestro hotel, justo sobre el crater, nos permitió hacernos una idea de lo imponente del lugar.
El Ngorongoro es un antiguo crater de un volcán en Tanzania, que colapso hace miles de años y donde no piensas que en semejante lugar pueda darse la vida. Sin embargo, en el interior de ese crater , a 2500 metros de altitud y bordeado de una cordillera con paredes de 600 metros de altura, se ha desarrollado la vida y de que manera. De hecho en el año 1979 fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Impactante es la palabra.
Es un zona de conservacion protegida, con paredes de mas de 600 metros de altura y dentro del cual encuentras disferentes ecosistemas (lago seco, bosque, sabana…) y una fauna rica en la que puedes encontrar a los 5 grandes (Leon, Elefante, Búfalo, Hipopotamo y Rinoceronte). Sorprendentemente lo único que no hay son Jirafas, ya que por su especial estructura no pueden escalar. Eso si, aquí los animales como no migran y tienen alimento y agua durante todo el año, así que como diría mi abuela están muy mejorados, son en apariencia más grandes y lustrosos.
Algo que me llamó mucho la atención es que al menos en esta época del año, las paredes de las montañas que rodean el crater están cubiertas hasta bien avanzada la mañanha con una niebla espesa. Lo que le da a todo el paisaje un halo misterioso.
Según la época del año, el paisaje es más verde o más amarillo….
Me consta que este artículo es muy largo, probablemente demasiado, pero no puedo concluirlo sin hablaros del pueblo Masai y de la visita que realizamos a un poblado Masai
El pueblo Masai es un pueblo nómada originariamente guerreros, que viven de la ganadería de subsistencia. Ellos consideran que todo el ganado que existe sobre la faz de la tierra es propiedad del pueblo Masai. Viven en pequeñas aldeas que toman forma redondeada y en cuyo centro crean un recinto para el ganado, para protegerlo de los animales salvajes y para las reuniones del grupo.
Al crear las reservas nacionales los Masais fueron explulsados de sus tierras y ahora viven fuera de los recintos de los parques y reservas, aunque se les permite trashumar en su interior, pero como veis siguen conservando gran parte de sus constumbres. De hecho el “desplazamiento” que les obligaron a realizar lo fue en parte para que se integraran en la cultura actual. Lo que no se ha conseguido.
Es cierto que los jefes de cada poblado tienen su movil, es cierto que consiguen recursos de las visitas de los turistas a sus aldeas, pero lo cierto, es que quitando estas cuestiones, siguen viviendo en las chabolas minusculas, andando con sus sandalias hechas de neumáticos y llevando sus tradicionales mantas a cuadros y de colores rojos y azules, para cubrir el cuerpo. Aunque las mantas tal y como las conocemos hoy no son de siempre, ya que antiguamente utilizaban de piel de animal para cubrirse.
Cuenta una de las muchas historias que la manta masai (Udare -shuka que significa cubrir el cuerpo) proviene de los tartanes escoceses y la epoca Victoriana, cuando los Britanicos eran los colonos de estas tierras. En aquella época se utilizaba tejido tartan para cubrir las mesas y en una visita de la Reina Victoria, exigió que los masais que le servían se cubriesen con esas telas para evitar la desnudez. Cierta o no la historia, los Masais hoy en día se cubren con este tipo de mantas.
A un verdadero Masai lo reconocerás porque carece de los dos incisivos de la mandibula inferior. ¿Por qué?
Pues porque existen la creencia que si contraen alguna enfermedad y la mandibula se les queda colapsada no podrán comer y de esta forma, por el hueco que deja la ausencia de estos dientes, se les pemitiria la alimentacion.
Es cierto que hoy en día viven de la ganadería y en buena parte del turismo. Pero lo que si os puedo contar es que a pesar de todo, su vida es la que vemos en las visitas. Y aunque hay masais que han abandonado sus poblados y se han desplazados a las ciudades, aunque hay masais en la playa, los que permanencen en estos poblados siguen viviendo tal y como los veis en estas fotos.
Dejo para un proximo artículo nuestra visita a Zanzibar, la isla de las especias, la isla que fue el mayor enclave esclavista en la zona, una Isla profundamente musulmana con toques hindús y con un encanto especial.
Y terminamos de la misma forma que comenzamos, con un atardecer, un sunset de los muchos que disfrutamos. Cada uno distinto y sencillamente espectacular, mágico.
Y ahora “Pole pole” (Despacio), que el artículo es largo, pero no olvideis, “Hakuna Matata” (Todo está bien), que no es solo una frase de “El rey León”.
A disfrutar
Virginia
Marie
Virginia que viaje más maravilloso.. que fotos tan bonitas…
Como hiciste ese viaje? Alguna agencia te lo
Organizó? Te agradecería la información
Un saludo
Muchas gracias
Marie
Virginia
Sii, un viaje maravilloso. El viaje lo hice con Kananga, una agencia especializada en viajes en África. Sólo puedo decirte que fue maravilloso. Un abrazo. Virginia
Adriana
¡Sin palabras! Belleza total … gracias por compartir esta belleza.
Saludos desde Argentina
Virginia
Gracias a ti Adriana por disfrutarlo¡¡¡ Y sobre todo por dedicar una parte de tu tiempo a compartirlo conmigo.
Un abrazo.
Virginia
Manu
Solo puedo decirte que sigo con la boca abierta y que todas las fotografías son maravillosas. Gracias por este precioso reportaje, que gracias a él y a las fotos he podido conocer de tu mano
Besos
Virginia
Gracias a ti Manu. A ver si esta vez te animas a visitar África, vale la pena ;). Un besote grande. Virginia
Patry de Sabores y Momentos
Qué maravilla Vir, como me has hecho recordar y revivir aquellos años en los que yo pasé allí largas temporadas…Esos amaneceres y atardeceres eran mi perdición, sus colores, su luz…. Tengo que volver!
Maravillosa colección de fotos cielo! Algún día cuando vengas a casa, te enseñaré las mías en papel, pues por aquel entonces analógico y carretes en papel, era lo que había…sin posibilidad de editar, jajaja!
Un besote y deseando ver el siguiente capítulo….Pues Zanzibar para mi, por muchos motivos fue una isla muy especial a la que solía ir a menudo desde Dar-Es-Salaam!
Virginia
Sabía que lo ibas a disfrutar y que te iba a traer recuerdos de tus viajes. Estoy deseando ver esas fotos en papel, que seguro que son maravillosas. Un besote grande