En los viajes encuentras inspiración y descubres costumbres de siempre de las tierras que visitas, como esta sopa que hoy os traigo, que descubrí en mi viaje a Tarragona esta Semana Santa. No hay que ir muy lejos, para darte cuenta que ignoramos demasiado de los que tenemos más cerca.
La sopa de Farigola o sopa de Tomillo, es una sopa tradicional catalana, del recetario humilde del campo, la preparaba la gente del campo, con 4 ingredientes básicos y económicos, (tomillo, pan del día anterior, ajo y aceite). Ellos si que eran sabios y sabían lo que comer. Porque el tomillo, una mis hierbas aromáticas favoritas, por su olor a campo, y porque con su aroma, me devuelve a la niñez, y a las jornadas de caza con mi abuelo, es una hierba 10. De hecho esta sopa podría llamarse también medicinal por sus propiedades. es diurética, desinfectante y digestiva, ya que no solo ayuda a la disgestión, sino que abre el apetito. Ayuda también a evitar gripes y catarros y para cuando sufrimos afecciones de garganta, sus gárgaras son mano de santo.
Y es que suena raro para los que nunca lo hemos conocido, preparar una sopa de una hierba aromática, pero como véis es sencilla, muy saludable y está muy rica.
Yo ya la he apuntado como caldo base para las cenas de invierno o noches frías de otoño o primavera. Se prepara en 5 minutos y resulta también muy económica, porque se monta con 4 ingredientes básicos, a los que se les puede añadir un huevo escalfado o una yema de huevo. Aunque una vez tenemos el básico, imaginación al poder,…. unas tiras de pollo, unos tacos de jamón, pasta…..y tuneamos una sopa del recetario humilde catalán, adaptándola a nuestros gustos.
En esta ocasión la he preparado como lo hacía el padre de mi amiga Nani de “La Cuina Violeta”, ya que fue ella quien me descubrió esta sopa, el otro día cuando salimos a buscar el tomillo.
¿Sabéis que el tomillo que se recoge, el día de la primera luna llena de la primavera, dura la flor todo todo el año?. Y recogerlo en esa fecha es una tradicion, que cumplí. El Viernes Santo, salimos a los caminos cercanos a su casa, que están plagados de esta aromática planta y recogimos tomillo para todo el año, que por supuesto me traje a Bilbao. Porque no hay nada como lo natural.
Vamos con la receta, que aun nos quedan de seguro mas de una noche fresca en la que poder disfrutarla, y mas de una cena tras una comida copiosa, que ns ayudará a depurar:
Dificultad: Baja
Tiempo: 5 minutos
INGREDIENTES: (Para 2 raciones)
- 1/2 litro de agua
- 2-3 ramas de tomillo
- Pan del día anterior
- Ajo
- Sal
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- 2 huevos
PREPARACIÓN:
1.- Ponemos a hervir el agua en un cazo al fuego, cuando comience a hervir, añadimos la ramas de tomillo y un hilo de aceite.
Dejamos hervir 2 minutos retiramos del fuego y cubrimos
2.- Mientras se prepara la infusión de tomillo, tostamos unas rebanas gruesas de pan del día anterior, las frotamos con ajo y les añadimos un chorrito de aceite.
3.- Ponemos la rebanada en el plato que vayamos a tomar la sopa, u cubrimos con la infusión de tomillo colada.
4.- Por último añadimos un huevo escalfado, o una yema de huevo ligeramente batida, que cuajará poco a poco con el calor de la sopa.
Reconfortante, aromática, económica y medicinal, no os debéis perder esta deliciosa sopa. A mi me ha cautivado.
* Bowl modelo “Discover” de Vajillas Churchill
A disfrutar.
Virginia
Os diré que acabo de cenar una sopa de tomillo oh de farigola está buenísima la verdad yo lose por mis abuelos que la hacían y es medicinal encima es buenísima para no cojer la gripe ni catarros es anti inflamatoria además soy del delta del Ebro un saludo
Precioso post,, tan evocador. Me ha encantado. A ver si el próximo año estoy pendiente de la luna para coger el tomillo.
Recuerdos y añoranzas de mi niñez que vuelven a mi cocina cada vez que un miembro de la familia se pone ” pachucho”. la proxima vez hare la infusion de tomillo, hasta ahora la ponia en el plato. junto con el ajo entero, Por cierto tan medicinal es la planta como el ajo.
Ostras, “¡sopetes de timó”, como las llama mi abuela! Según ella, no hay remedio mejor (incluso se las preparaba a la perra cuando tenía problemas de estómago) Ella también las hace con una rebanada de pan (sin el huevo, jeje)
Buenos recuerdos 😉
Besos
Virginia,
Como me ha emocionado ver la sopa de mi padre en tu blog. La verdad es que con unos ingredientes tan sencillos se puede obtener un resultado sano y fenomenal. Y lo bien que nos fue recoger el tomillo siguiendo una tradición muy tarraconense, la de la primera luna llena de primavera.
Con añoranza,
Nani
(de las fotos prefiero no hablar, para qué, siempre diria lo mismo)
Solo el olor de esa sopa ya tiene que ser cautivador, así que el sabor tiene que ser muy especial. Yo vivo en Cataluña y no conocía esa sopa, la probare seguro
Virginia , me ha sorprendido mucho la elaboración de la sopa.
Yo hago una sopa de ajo muy rica pero diferente y esta es tan especial con la infusión .
La haré y te cuento.
Las fotos son preciosas, con ese sabor antiguo y el color del tomillo …
Un saludo.
Con un tomillo así la sopa ya es un manjar total. Es una de mis sopas favoritas y siempre que tengo tomillo fresco en el balcón muchos días es mi cena o mi merienda, ideal para entrar en calor y cuidarnos.
Y preparada con una receta tradicional familial me huele a fin de semana muy feliz ;o)
Besos y feliz semana,
Palmira
Preciosas y evocadoras imágenes! La has recreado perfectamente. Yo tb soy amante del tomillo…me encanta y esta sopa me la hago muy a menudo. Me alegro q te guste.
Besos
Ya te iba yo a preguntar si es que en el País Vasco también llamais farigola al tomillo… jaajaajaja…. La sopa tiene muy buena pinta (tengo que reconocer que pese a ser catalana no la conocía). Por aquí aún hace frío y los días están muy desangelados, o sea que viene ni que pintada.
besos