DESCUBRIMOS JAÉN, SU AOVE Y CAZORLA

Jaén y Carzorla, dos lugares que no entraban en mi guía de ruta hace nada, pero que desde hace cosa de unos meses, se han repetido en bastantes ocasiones. Y es que no siempre todo sucede porque lo tienes planeado.

En mi caso un evento me ha hecho quedarme prendada de esta tierra. Desde su gastronomía (no tenéis más que ver mi receta de Ochíos), hasta el paraiso natural que encierra.

AOVEBLOGGER 2019

Mi primer viaje a Jaén, surgió en el mes de Septiembre, de un mail que no me había llegado, y que casi pierdo de no ser por la insistencia  de Ana María del blog “Cocinando entre Olivos“, que tomo el teléfono para trasladarme una invitación a participar en la IV Edición del AOVEBLOGGER España  dentro de la XVIII Feria de Turismo Interior de Andalucía Tierra Adentro 2019.

Lo cierto es que fue como visteis en mis stories, un viaje muy especial, donde tanto la organización del Aove Blogger como la Diputación de Jaén nos trataron estupendamente. Y gracias a lo cual descubrí que la provincia de Jaén es una maravilla poco mostrada y un tanto oculta.

No solo participamos como os contaré a continuación en el Concurso que se desarrollo en IFEJA ese sábado, sino que durante esos 4 días nos mostraron la gastronomía de la Provincia, la historia y el trabajo de las Almazaras en una de ellas que aun conserva toda la maquinaría de principios de siglo “Tierras de Jaén”. Visitamos Sierra Magina y algunos de sus pueblos como Cambils y Aguas de Arbuniel Y tuvimos la oportunidad de probar los mejores AOVES tempranos que son una auténtico manjar, y eso que en casa con estas cosas somos muy sibaritas, lo tengo que reconocer, pero estos se superaron.

El AOVE Temprano o Aceite verde son los Aceites de las primeras cosechas, los que se extraen de las aceitunas verdes de primera cosecha y por lo general cuentan con un sabor y una intensidad mayor.

Pero ahí no quedó la cosa, porque como ya os he anticipado tuve la ocasión de participar junto a otros 7 amigos y bloggers, de la experiencia de poder cocinar con un restaurante de la provincia, en mi caso “Antique” de Úbeda y su Jefe de Cocina Manuel “Candiles” y un AOVE “Maquiz”. uno de los 10 mejores AOVE del mundo según la guía Evooleum.

Preparamos unas Alcachofas confitadas en AOVE, con praliné de piñones y una emulsión de manitas e ibérico con AOVE que estaban de saltar las lágrimas, no ganamos, ganó mi amiga Montes del blog “Manzana y Canela“, pero lo cierto es que tengo entendido que este plato de Manuel “Candiles”, gustó y mucho.

Y como una cosa lleva a la otra, y disfruté tanto de la experiencia y de Jaén, el puente de la Constitución volví a bajar, en este caso a disfrutar de unos días de monte en el Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas. Y eso si, a visitar a Manuel y a Pepa, y a disfrutar sin prisas, del saber hacer en la cocina de “Candiles”,  que nos preparó una comida de 10 en el restaurante “Antique“.

No dio tiempo a mucho más ese día, salvo recomendacioines de rutas en las que Manuel me ayudó mucho, así que tendré que volver, porque aun me quedan por visitar en condiciones Úbeda y Baeza y según me han dicho la zona de la Sierra de Segura es también espectacular.

De hecho de Úbeda tan solo me dio tiempo de visitar el Ayuntamiento, la Plaza Vázquez de Molina con la Sagrada Capilla de El Salvador, originariamente Panteón de Francisco de los Cobos y la Iglesia de Santa María de los Reales Alcazares.

PARQUE NATURAL DE CAZORLA, SEGURA Y LAS VILLAS

De Úbeda salimos rumbo a LA SIERRA DE CAZORLA y a disfrutar de un paraíso natural.

Horas de monte, sin gente. Y como veis en las fotografías, poco de lo que vimos hace pensar durante el recorrido que estés en Jaén. Saltos de Agua, ríos con unas aguas cristalinas, unas aguas que parecen por el color casi del Caribe… y sobre todo tranquilidad, y kilómetros en las piernas para desconectar, descubrir y poder soñar hoy tambíen, con todo lo que veis.

No puedo decir más que Jaén es un paraíso natural poco conocido, al que pienso volver, para seguir descubriéndolo.

La verdad es que sólo tuvimos dos días para hacer rutas, y nos quedaron por ver muchas cosas, como la subida al castillo de la Iruela, o la misma Baeza, pero la pechada de kilometros para bajar desde Getxo a Jaén, a pesar de lo corto del viaje bien mereció la pena.

El primer día hicimos una ruta de 27 km, la RUTA DEL RÍO BOROSA.

Una de las rutas más visitadas y que os aconsejo que realicéis si visitáis la Sierra de Cazorla porque es absolutamente espectacular con tanta agua. De hecho a pesar de tratarse del puente de la Constitución, la hicimos prácticamente solos, y es que madrugar tiene sus ventajas en estos casos. De hecho esta ruta es bastante transitada sobre todo hasta la zona de la central Eléctrica, ya que luego se hace más dura y gran parte de la gente, sobre todo la que acude con niños, da la vuelta.

Nosotros, salimos desde el parking que está un poco antes de la piscifactoría, cruzamos la Cerrada de Elías, que no hay foto que la pueda explicarla, ya que no solo es el agua; la piedra, el sonido constante del circular del agua que te acompaña a lo largo de todo el camino, la convierten en muy especial. Esta parte de la ruta es llana, con una especie de balcones de madera sobre el río hasta que finaliza la cerrada y el resto por pista fácil y con paisajes tan espectaculares como los que veis en estas fotos.

Seguimos andando hasta que llegamos a la Central Eléctrica y ya desde allí todo subir, con cascadas, pozas y tramos de río preciosos, hasta alcanzar el salto de los Organos, absolutamente espectacular con esa cascada impresionante. Es cierto que el salto de los Organos está regulado por la presa y el embalse, pero nada de eso le reta un ápice al espectáculo que resulta.

A partir del Salto de los Organos, toca seguir subiendo por la zona izquierda hasta alcanzar los túneles con los canales que llevan el agua a la central eléctrica. Una zona empinada y con piedra caliza suelta, Para la zona de los túneles, una linterna de minero os irá de perlas, porque al menos cuando nosotros los cruzamos estaban con bastante agua y barro y con bastante oscuridad.

Una vez alcanzas los túneles, que en ocasiones tienen zonas bastante estrechas y algo bajitas, el camino se hace más asequible, con tramos de sendero de bosque bajo, entre unas zonas de túneles y otras.

Tras estos tramos de caminata, como os digo, ya muy asumibles, llegas a un lugar espectacular, la laguna de Aguas Negras, impresionante, a mi personalmente me recordó mucho a algunas zonas del Pirineo Arangonés en el Paque Natural de Ordesa, en la zona de Bielsa, algunas de cuyas rutas ya os traje hace unos años.

Si alcanzado este embalse, caminas unos 500 metros a la izquierda, justo antes de cruzar la laguna, encuentras el Nacimiento del río Borosa, aunque algunos lo llaman también el Nacimiento del Guadalquivir, que no lo es.

Y si cruzas la presa que permite la formación de esta laguna, llegar a la laguna de Valdeazores, a través de un sendero que bordea sla orilla del embalse.

Allí hicimos parada para comer ese día, y este lugar con estas vistas, fue nuestro particular comedor.

De allí vuelta a bajar, ya disfrutando un poco más de todo, ya que durante la subida como no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar y anocheciendo pronto en esta época del año, fuimos un poco ligeros.

Así que a la vuelta disfrutamos de pequeñeces, como yo las llamo, como el colorido del otoño que llegaba a su fin, de las formaciones de las paredes de roca, de las alfombras de hojas caducas, de alguna que otra seta que encontramos por el camino, de la música del agua y para mi las fotos sin tanta prisa, aunque he de reconocer que eso no es habitual cuando vas con alguien que no disfruta tanto de la fotografía. De hecho aproveché para, auqneu fuera de movil, tener alguna foto mía que refleje que “estuve allí”, porque desde que soy yo quien tomo las fotos, nunca salgo en ellas, y esto si que no tiene visos de cambiar.

Durante este viaje nos alojamos en el Parador de Cazorla, una antigua finca de caza reconvertida en hotel, enclavada en en un alto, en casi absoluta soledad,con unas vistas magnificas y con un atardecer espectacular. La verdad es que en contra de lo que en un principio pensé, el Parador es un lugar ideal para acometer las rutas, y sobre todo muy tranquilo.

Ese día pudimos bajar a Cazorla pueblo, y aunque no pude encontrar algunas de las recomendaciones que me habían hecho, me sirvió para tener una vista panarómica de la zona, tomar un chocolate caliente y hacer alguna compra.

Al día siguiente optamos por realizar una ruta menos transitada, dadas las fechas, y que salía de más cerca del propio parador, una ruta que puede ser circular según desde donde la tomes. Hicimos la SUBIDA AL PICO GILILLO, que con sus 1.848 metros de altitud es el pico más alto de la Sierrra de Cazorla, que ojo, no de las otras dos sierras que componen el Parque Natural.

Una ruta muy bonita también, pero totalmente distinta a la ruta del día anterior, ya que aquí disfrutamos del monte en estado puro, sin saltos de agua, ni embalses.

Pinares, en las zonas más bajas y zonas más agrestes y descarnadas ya en lo alto, con unas vistas impresionantes, a un lado del escarpado interior de la Sierra y al otro de los montes de Olivos, ya que el pico Gilillo se encuentra justo en la muga del Parque.

Por una pista forestal cubierta de pinares, subimos hasta el puerto del Tejo. por un camino que pica bastante hacia arriba, y se hace largo por momentos. La sombra dejaba sentir el frío de la mañana, si parabas, pero la intensidad de la subida y el ritmo que imprimimos, te hacía olvidarlo.

Del puerto del Tejo, seguimos subiendo hasta llegar a un claro con una lagunilla, que por lo pronto del día y las bajas temperaturas estaba aun helada. Precisamente alrededor de la lagunilla, encontramos huellas de jabalís y ciervas, que de seguro habían estado rondando por allí al atardecer en busca de agua.

Desde allí subida fácil y ya más descarnada, con vistas impresionantes de las cimas de la Sierra, a mano izquierda, a medida que avanzas.

El sendero a partir de esta zona, no está excesivamente señalizado, hay que andar con ojo, porque si te despistas o te confías, puedes perderlo.

Justo casi al coronar el Pico Gilillo encuentras un antiguo refugio derruido. Allí está marcada la cima, pero aun te queda algo más por subir hasta alcanzarlo si de verdad quieres coronar.

La bajada tranquila y disfrutona, con sol y muy buena temperatura para ser 7 de Enero. De hecho ya a la vuelta, tengo que confesar que me quedé en tirantes durante un ratito que dedicamos a hacer el cabra.

Eché en falta más aves, bien es cierto que estabamos casi en invierno, pero me hubiera gustado ver y escuchar más pájaros y haber podido avistar algún que otro quebrantahuesos o buitres.

Ese día fuimos a comer al Kiosko “El cabrero”, un lugar muy recomendado porque se come muy bien y es un lugar por decirlo de algún modo muy pintoresco. Comida casera, bien cocinada y con productos de los que tienen ellos en el día a día.

El camino complicado, y si no lo conoces dificil de encontrar, pero valió la pena el viaje, y la recomendación, no solo por la comida, sino porque descubrimos otra zona más de la Sierra.

Seguro que a quien no le guste el monte, no ha sido capaz de leer una sola linea, pero para quien disfruta del senderismo, del aire libre y de la naturaleza sabrá apreciarlo.

Sólo me queda deciros que volverés.

A disfrutar.

Virginia